Caigo caigo, como una hoja en el vacío,
logras deshacer mis defensas con una facilidad ingente,
me vulneras y atraviesas cual si fuera aire entre tus manos
mientras continúo cayendo sin ton ni son.
Preferiría un segundo sin ti,
que la eterna caída que me estas propinando
los segundos se vuelven interminables al no verte,
un mes, todo un mes.
No somos “nada”, pero a la vez somos todo,
Tanto que recorrer pero a la vez tanto que hemos alcanzado,
Permito que vulneres mis sentidos,
Lo que a la vez hace que mi felicidad se desborde
Y no piense en nada más que en ti,
que en tus ojos, en tu sonrisa y tu pelo.
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