Y
ahí es cuando más siento la lejanía, a pesar de tan poco tiempo vas metiéndote
en mi, provocándome nuevamente sensaciones que había olvidado, pero que ahora
logran ese sentido de correspondencia que había buscado con tanto afán, ya no
es simplemente un beso, un abrazo, una palabra cariñosa de los cuales no sabía
si tendría respuesta, sino que va mucho más allá, lo repito, todo tiene sentido
de nuevo y eso es lo que me hace sentir feliz, tranquilo.
El segundo día casi termina, ya deseando empezar el trabajo pero a la vez queriendo que falte
nada para que se termine todo, espero el resto de días pensarte con la misma
intensidad, pero aplacando esas ganas de verte con la promesa de que al volver
todo estará de nuevo como cuando me fui.
No
pensé que ni bien empezado el viaje iba a extrañarte así como te extraño,
talvez es porque aún no ocupo el tiempo en algo que me ayude a distraerme, o
talvez porque tus palabras antes de que viaje hicieron huella y me aseguraron
una pequeña parte más de que voy a volver a buscarte con las mismas ganas con
las que me fui. No tengo reparos en admitir que te estoy queriendo de a poco
cada vez más, ni que haré todo para que este mes no pase tan lentamente como se
proyecta; sino que también me esforzaré al máximo por cumplir todo lo propuesto,
tengo tus buenos deseos aún en mi mente y lo único que quiero es no defraudarme
ni yo ni a nadie, incluyéndote más que nada a ti.
No hay comentarios:
Publicar un comentario